Amanece y la luz amordaza la sangre,
desgastando la lengua con el desasosiego.
Labios secos de besos,
un temblor de farolas en los muslos
y la melancolía velando cicatrices.
No hay nortes para el sueño en el que yo te abarco,
ni es posible arrastrarme hasta tu boca
y beberte a sorbitos de dolor.
Mis ojos, tan cansados de estaciones,
se han desarmado de horizontes.
Toca abrochar las ganas del agua y escampar sueños.
Poema del día: "San Miguel del Monte", de Diana Bellessi (Argentina, 1946)
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Una laguna redonda
como un corazón de plata
¿Podría sentarme aquí,
día tras día en su latir
y esperar palabras nacidas
del rumor al fin?, el suyo, el
propi...
Hace 12 horas
6 comentarios:
A ti no puede desarmarte nadie, que lo sepas.
Un abrazo
Marian
Precioso poema, Ana, ya te lo he dicho antes y lo repito.
Besote grande.
Gracias Marian por estar siempre.
Un abrazo enorme.
Gracias Carmen. Siempre generosa conmigo y siempre regalándome cariño.
Un besazo
Es un poema magnífico, Ana.
Pero, si abrochemos unas ganas, abramos otras. El caleidoscopio nos espera cada mañana, lleno de colores.
Un besazo
Gracias por tu visita, Victor. Ojalá este sea el comienzo de tu reincorporación a los blogs e, incluso, a los foros.
Un abrazo enorme.
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