
Surqué la imposibilidad de los mapas
para lamer tu decálogo obsceno.
A horcajadas sobre el rojo
-color de los prostíbulos-
desnudé el disfraz de las cicatrices
y, muda, deseé que tu saliva
humedeciera la apariencia adolescente de la sed.
La lluvia sobre mi boca prostituyó el momento.
Mientras mi fuego se derramaba,
busqué tu mirada y adquirí la certeza
de que fue sólo sexo.
Sexo sin tarifa, pero con minutero.
6 comentarios:
Excelentes las figuras para la descripción del momento, Ana.
"Sexo sin tarifa pero con minutero", la otra maldita forma de numerar.
Un abrazo, Anaaaaaaaaa!!!!!!!
Me deja un sabor muy amargo y de inmensa tristeza este poema, pero claro el sexo a secas suele dejar esas sensaciones.
Sabor rancio, Ana, ese verso final es un poema en sí mismo.
Besos
Marian
Tiene ritmo? es que yo no entiendo.......en serio,,,pero suena bien,,,, me gusta y el ultimo verso es una genialidd, once minutos no? Un abrazo.
BIBI: miles de gracias por estar siempre.
AMPARO: Tus análisis siempre son acertados. Gracias por pasar.
MARIAN: Gracias Marian. Me gusta verte de nuevo en "activo".
ERNESTO: No creo que tenga mucho ritmo, pero es que estoy más perdía que el barco del arroz.
A horcajadas sobre el rojo
-color de los prostíbulos-
A hojarcadas todo es rojo, sexo cronometrado o sexo sin piel solo con el alma, todos se tiñen de rojo cuando la odiosa ropa cae al piso.
Me quitaria el sombrero si tuviera, mucho talento en tus versos.
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