
I
Uno más uno, tres.
El mundo del revés
y la cordura en los pies
Uno más uno
Multitud de abeces.
II
Te invento en cada aurora
que le arranco a la vida.
Y cuando vencen los ocasos
te niego.
III
En los vértices ciegos de mi almohada
se desvisten las sombras con tu nombre,
Mientras el llanto apresa sueños de sal
IV
Se acabó el juego.
No estoy dispuesta a ser
calcetín viudo en tu maleta.
6 comentarios:
Precioso... Lírico por las cuatro esquinas de los versos. Me encantaron las metáforas de alguna de las estrofas. Felicidades amiga por tu aporte. Un abrazo. Tino
me encantaron, ana.
oíme, yo soy una salamandra, y lo que más me gustó es el calcetín viudo...
!!!!!!!!!!!!! (juro que no tengo un par igual, paraece que la lavadora se alimenta de ellos... y me ha dado muchísima gracia lo que escribiste)
un beso, y un abrazo no breve!
Ayyy, ANA, sabes cuanto me gustan los poemas breves. Y éstos son cuatro perlas. Especialmente el tercero y el cuarto me han gustado mucho.
¡Qué bien has condensado, ANA!, con maestría.
"Apresar sueños de sal". Más bello y exacto no se pudo decir.
¿Y ese calcetín suelto, qué hacemos con él? jeje. BIBI le ha dado una buena solución y tú otra mejor, jeje
UN BESO.
Viniendo de ti cualquier elogio es un auténtico honor, maestro.
Un besazo, Tino
Me alegra que te haya gustado, Bibi. Yo también tengo unos pocos viudos, pero no me gusta sentirme como calcetín viudo dentro de la maleta de nadie.
Un besazo.
Gracias Victor. Yo también me estoy aficcionando a los breves.
Con un calcetín viudo se hace poco y sintiéndose como él se hace menos todavía.
Te envio un besazo enorme hasta esa sitio tuyo, al que no se le ha ido el aroma de cera y ya huele a feria.
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