lunes, 27 de julio de 2009

Aligerar el yo

Ahora que estar muy flaco está de moda,
deberíamos poner nuestro Yo a dieta.
Restringir el consumo de suficiencia
-tratamiento agresivo
contra las lorzas de pedantería-
Prohibidos: la soberbia,
altanería, orgullo y vanidad
-no sirve como excusa
que den tres por uno en el super de los halagos-
El engreimiento sólo aporta calorías vacías
y le pone piel de naranja a la grandeza.
Se aconseja usar gafas
de las de ver la belleza de la vida,
-y también los horrores-
Hay mucho que ver,
para perder el tiempo mirándonos el ombligo
-que es tan redondo como el del resto de la gente-
La fórmula magistral
contra la obesidad del ego,
es mirarse al espejo y reírse a carcajadas
de la imagen que te devuelve.

5 comentarios:

aapayés dijo...

Primera vez que te visito y ya te sigo.. así puedo regresar con mas frecuencia..

Bello poema nos entregas..

Saludos fraternos
Un abrazo muy grande

Que tengas un bello inicio de semana

víctor (el gato estepario) dijo...

Me gusta la receta. Mientras más ligera llevamos la mochila del -yo- más cómodo se hace el camino, más rápido se sube la montaña.

Yo, cada mañana, cuando me voy a afeitar y me encuentro otra vez en el espejo, me digo: ¡pero qué cabrón eres, cuántas cosas te ha enseñado la vida ya!! (ya sabes, en el sentido andaluz. No en el de propietario y portador de cuernos) y me parto el culo de risa.

Saludos desde la taberna.

Bletisa dijo...

Pero que lista eres Ana, joer.

Te beso tu ego delgadito y eso que me gusta la gente gorda porque tiene más que besar. Que conste en acta.

Bibiana Poveda dijo...

Simplemente FANTÁSTICO, Ana.
Y tiro el sombrero, junto con la música del primo Poveda!
Un abrazo, y otro más!

GOGO dijo...

Anaaaa..!! maravillaa lo tuyooo amiguitaaa..!!

me encanto leerteeeeeeee..!!

mi afectooo...!!