lunes, 17 de noviembre de 2008

No cabe margen de error

Cada vez que decides no ser, lloro
en tu cadáver un segundo de agua

Carmen Iglesia.



Te concedo un instante de cristales,
en mi maltrecho vientre.

Un único minuto descosiéndole
las costuras al mar

Se han roto las varillas de un paraguas
que cobijaba duos
y no cabe ningún margen de error
en las delgadas lineas de un espejo
quebrado.

4 comentarios:

Marian Raméntol dijo...

Las costuras de un espejo quebrado nos deparan más arrugas a pecho descubierto.

Una belleza de poema, Ana.

Besos
MArian

Ana Clavero dijo...

Es un honor verte por aquí Marian. Miles de gracias.

Un abrazo

Giovanni-Collazos dijo...

Hermoso poema, Ana. Contagia sensibilidad... exquisito.

Un beso.

Gio.

Ra dijo...

un hermoso poema saludos