Amanece y la luz amordaza la sangre,
desgastando la lengua con el desasosiego.
Labios secos de besos,
un temblor de farolas en los muslos
y la melancolía velando cicatrices.
No hay nortes para el sueño en el que yo te abarco,
ni es posible arrastrarme hasta tu boca
y beberte a sorbitos de dolor.
Mis ojos, tan cansados de estaciones,
se han desarmado de horizontes.
Toca abrochar las ganas del agua y escampar sueños.
Poema del día: "Límite de las fronteras", de Louis Scutenaire (Bélgica,
1905-1987)
-
Los personajes ejecutan en su presidio graciosas zambullidas de risa
Son viejos tontuelos
y todos aquellos a los que la enfermedad acusa de peculado
Me cor...
Hace 4 horas
6 comentarios:
A ti no puede desarmarte nadie, que lo sepas.
Un abrazo
Marian
Precioso poema, Ana, ya te lo he dicho antes y lo repito.
Besote grande.
Gracias Marian por estar siempre.
Un abrazo enorme.
Gracias Carmen. Siempre generosa conmigo y siempre regalándome cariño.
Un besazo
Es un poema magnífico, Ana.
Pero, si abrochemos unas ganas, abramos otras. El caleidoscopio nos espera cada mañana, lleno de colores.
Un besazo
Gracias por tu visita, Victor. Ojalá este sea el comienzo de tu reincorporación a los blogs e, incluso, a los foros.
Un abrazo enorme.
Publicar un comentario