viernes, 31 de julio de 2009

Un poema de Ernesto Perez Vallejo.

Tengo muchos poemas de Ernesto Perez Vallejo impresos y, de vez en cuando, los releo porque me transmite, ternura, calma, ilusión y ganas de gritar que esta puñetera vida sigue mereciendo la pena. Os dejo éste para que lo disfrutéis:


Porque cuando hace frío siempre hay un sol en tus brazos
y cuando el verano aprieta te inventas un suspiro de aire fresco.

Porque sabes que son tres en el café
y que detesto el agua de grifo.

Porque cuando hay guerra siempre te pones braguitas blancas
y cuando el sexo se vuelve rutinario
colocas dos coletas en tu pelo
y exiges que te enseñe anatomía.

Porque hueles a vainilla por las mañanas
y a playa por la tarde.

Porque cuando te enfadas me apuntas con el dedo
y todos los planetas se ponen en órbita
y muere una estrella.

Porque te agarras a mi espalda cuando duermes
y me siento cualquier cosa menos hombre.

Porque hay algo de ingenuidad en tu mirada
y de precocidad en tu sonrisa.

Porque en tu piel es sabado eternamente
y tus manos tocan melodías en mis vértebras.

Porque nunca matas las hormigas
y conoces mil especies de mariposas.

Porque callas cuando escribo
y hablas siempre.

Porque el "nunca" no existe en tu vocabulario
y el "posible" siempre está a nuestro alcance

Porque creo en los milagrosy tengo fe.

Porque eres, estás y quieres,
porque puedes, sabes y sientes.

Por eso amor, por eso.

7 comentarios:

Bibiana Poveda dijo...

el poema es precioso. y preciosa vos, en tu cariño, tus lecturas, tu amistad.
abraxus a ambus!

De las imagenes a las letras dijo...

muuy buen poema y elvideo de mas arriba excelente

Ernesto Pérez Vallejo dijo...

ays...no me lo merezco...que grande eres...un abrazo con mucho cariño.

Ana Clavero dijo...

Gracias Bibi a ti por estar siempre.

Un besazo

Ana Clavero dijo...

DE LAS IMÁGENES, gracias por tu visita.

Saludos.

Ana Clavero dijo...

Sí lo mereces Ernesto. Tu poesía alegra las almas y yo agradezco que le des alegría a la mia.

Un abrazo grandote.

Bletisa dijo...

Leer a Ernesto es paz sobretodo, esa tan necesaria y escasa casi siempre.
Yo le agradezco infinitamente sus poemas y la tranquilidad y el ensimismamiento que me ofrece siempre.