viernes, 25 de septiembre de 2009

Me niego a ser libro olvidado

Perdóname si me pongo tan pesada
contando risas rotas,
si le reclamo lunas a tus dedos
y pongo trampas en la arena
para raptar tus huellas.

En mis sueños, tan altos, los naufragios
no llevan tu apellido
y las palabras no se esconden
a milímetros de tu boca.
En mis sueños, tan altos,
las cicatrices visten de Dior
y la melancolía pasea en tiovivo.

Me niego a ser libro olvidado
Porque si no me lees sólo soy pausa

5 comentarios:

Jose Zúñiga dijo...

Tanta imagen brillante, tan fluido, ese final... espléndido.

Marian Raméntol dijo...

Genial, nunca se es libro olvidado, Ana, con poemas como éste, no.

Besazos
MArian

Ana Clavero dijo...

Gracias Zúñiga por tu generosidad.

Un abrazo

Ana Clavero dijo...

Gracias a ti también, Marian.

Un abrazo enorme.

Desconcierto dijo...

qué bonito Ana

un beso